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La esperanza es el sueño del hombre despierto.

 

Dicen en mi tierra que “la esperanza es lo último que se pierde”, o al menos así debería ser.

En este caso, pienso que Aristóteles quiere hacer relevancia de otro aspecto relacionado con la esperanza. Más bien a la esperanza de “conseguir” o “alcanzar”. Y entiendo que se refiere a los sueños e ilusiones de uno mismo.

El matiz es impresionante, ya que parece que (los sueños) sólo estarán al alcance de la mano de esas personas que se mantengan “despiertos”.

¡¡ Me encanta !!… ¡¡ Si señor !!

Sólo podrás conseguir tus metas, objetivos, sueños, ilusiones, anhelos o como tú quieras llamarlo, si permaneces despierto. Y esto no significa otra cosa que tener los pies en el suelo y dejar de divagar creyendo que vas a conseguirlo por obra de magia.

Conseguir tus propósitos se basa en método, en seguir un plan de trabajo estructurado que te permita coger esas ideas e imágenes que tienes en tu mente y convertirlas en realidad a través de un trabajo medido, metódico y efectivo usando las herramientas adecuadas.

Y esto quiere decir que tú debes decidir. O sigues soñando, o te despiertas y empiezas a hacer lo que hay que hacer.