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No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho.

 

Desde mi punto de vista, esta reflexión del gran Aristóteles hace referencia a la ley universal de Causa/Efecto.

La mayoría de las personas están focalizadas en resultados, o sea, en efectos.

Cuando el gran interrogante de todos los resultados que vivimos se basa en las causas que los provocaron.

Por lo tanto, si quieres cambiar cualquier efecto, es decir, cualquier resultado de tu vida, debes centrarte en las causas que lo han provocado.

Sólo así, conociendo las causas, o mejor aún, sólo cambiando las causas podrás cambiar los resultados en tu vida. Ten en cuenta que las causas no son más que tus propias acciones e interacciones con tu entorno. Por lo tanto, cambiando tus propias acciones o comportamiento podrás cambiar los resultados.

Si no estás consiguiendo tus metas en la vida es porque las acciones que estás llevando a cabo no son las adecuadas; por eso, lo que debes hacer es cambiar las acciones.

Para cambiar las acciones de forma correcta y no estar dando “palos de ciego” hasta acabar con tu motivación, debes desarrollar un plan de acción. Así podrás evaluar qué acciones te han proporcionado el resultado esperado y cuáles no lo han hecho y debes cambiar.

El camino del Éxito es laborioso y metódico. Por ese motivo, utilizar un sistema eficiente es lo más recomendable para no dilapidar años y años probando distintas formas de hacer las cosas. Entre otras cosas porque, quizás y probablemente, tu motivación se verá penalizada mucho antes de encontrar la forma correcta.