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La sabiduría es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad.

 

Cuando las cosas te van bien es muy fácil que des por entendido que así deben ir. Y, automáticamente, tus conocimientos quedan en un segundo plano y también la importancia sobre la adquisición de nuevos conocimientos. Más aún si tu prosperidad se da por factores externos.

En cambio, cuando las cosas no van como a ti te gustaría que fuesen es cuando realmente la gente, en general, se percata de que sus habilidades y aptitudes son vitales y necesarias para superar la situación.

Para mí, la moraleja o reflexión es muy sencilla:

El saber debe cultivarse en todos los momentos. Pues, como no puedes saber en qué momento se pueden torcer las cosas, vale más estar preparado.

Si estás en un momento dulce, ¿no crees que sería muy interesante aprender y desarrollar aptitudes nuevas que te permitan mantener este nivel de prosperidad e incluso mejorarlo? Aunque puedas creer que no se puede mejorar.

La mejor forma de hacerlo es evitando los típicos pensamientos que impiden tener metas.

Si por el contrario estás en un momento más adverso, necesitas urgentemente adaptarte a la situación y aplicar acciones y directrices distintas que te permitan invertir la situación lo antes posible, para no ver penalizada tu actitud y motivación.

En cualquiera de los casos, la responsabilidad es solamente tuya. Y en función de cómo actúes, recibirás unos beneficios u otros en el futuro.

Desde mi punto de vista, e independientemente de la situación en la que te encuentres, hoy es un magnifico día para mejorar, tomar la decisión y definir el camino hacia tu ideal de vida, ya que vivir es un arte. Y es más interesante crear tu propia vida que esperar a que los acontecimientos definan cómo debe ser.