fbpx

Sobre todas las cosas pueden hacerse dos afirmaciones totalmente contrarias.

 

Ésta es la gran paradoja de la vida. Y responde al hecho de que tanto nosotros como nuestro entorno es dual.

Si te has dado cuenta, disponiendo de la misma información y en el mismo contexto podemos llegar a afirmar tanto A como B con una facilidad increíble.

¿No te ha pasado nunca?… ¿seguro?

Te has dado cuenta que una misma situación, sobre la cual debes decidir algo, si tomas la decisión en la segunda mitad del día, puede que esta decisión sea totalmente distinta a la que hubieras tomado durante la primera mitad del día. Curioso… ¿verdad?

Este hecho nos pone a las personas en encrucijadas de forma constante en nuestra vida. Y si no tenemos claros nuestros objetivos, las posibilidades de actuar en función de la decisión menos acertada, o directamente equivocada, aumentan de forma muy peligrosa (y además, no nos percatamos de ello).

Saber de forma clara y concreta cuáles son nuestros objetivos y metas en la vida es vital para evitar que el número de errores sea mayor al número de aciertos.

Y sólo puedes conseguirlo cuando sabes exactamente, no sólo lo que deseas, sino también cuáles son los pasos y las acciones que debes llevar a cabo para conseguirlo. Sólo de esta forma podrás minimizar los errores y potenciar los aciertos en tu camino.

Aprender a desarrollar tus propias metas, saber identificar tus propios condicionamientos mentales y adquirir los hábitos necesarios en cada momento te facilita enormemente la toma de decisiones. Y, por lo tanto, te facilita el camino para conseguir lo que deseas y anhelas para tu vida.

Es cuestión de decisión personal.