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El placer supremo es obtener lo que se anhela.

 

El placer supremo al que se refiere Tales de Mileto en esta gran cita es la satisfacción personal, la sensación de plenitud personal y, como no, la felicidad y el orgullo en uno mismo. Llámalo como tú prefieras.

Si lees el blog te habrás dado cuenta que, en muchos de los artículos, la felicidad y la satisfacción personal están íntimamente ligadas a tus metas, a tus deseos y a tus inquietudes y anhelos personales.

Dicho de otra forma, el conseguir y alcanzar tus objetivos personales, en todos los niveles, te facilita y te lleva, quieras o no, a sentirte bien contigo mismo/a, feliz y confiado/a en el futuro, como nada más te lo va permitir conseguir.

Poco más a comentar, ya que como decía el sabio… “a buen entendedor, pocas palabras bastan” … ¿verdad?

Por cierto, ¿estás trabajando en tus metas y anhelos personales?

¿Estás obteniendo los resultados que esperabas?