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Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud.

 

Querer y desear fervientemente son dos términos que, a pesar de su similitud, no actúan de la misma forma en el subconsciente.

Si sólo quieres o deseas vagamente no activas nada en tu cerebro. Esto quiere decir que no vas a hacer nada distinto a lo que estás haciendo hoy para conseguir tus propósitos.

¿Cómo puedes saber si tus deseos son vagos?

Muy fácil:

¿Has desarrollado metas claras y concretas para estos deseos?

¿Tienes un plan de acción concreto?

¿Estás planificando en tu día a día las acciones de tu plan de acción? … o ¿no tienes tiempo para ello?

… o ¿todo lo necesario lo tienes simplemente en tu cabeza? –que cambia según las experiencias y emociones que se generan a diario.

Para cambiar tus hábitos y superar tus condicionamientos mentales (te aconsejo leer estos artículos –Parte 1– y –Parte 2-) necesitas algo más que la energía que puede generar un deseo vago.

Resumiendo, y tal como describe Aristóteles, si crees que vas a conseguir tus ilusiones de la misma forma que para estar sano deseas la salud… no vas bien.