Lo que no sé, tampoco creo saberlo.
Las personas, aun creyendo que tenemos una percepción y un ángulo muy amplio de nuestro entorno, no acabamos de actuar en consecuencia a ello. Precisamente, lo que no se sabe no puede aplicarse, por no saber ni que existe (como dice Platón).
La explicación es muy sencilla. Todo lo que no conocemos afecta a nuestras creencias. Y facilita enormemente el no poder superar obstáculos, relativamente sencillos en el camino hacia nuestras metas.
Es responsabilidad de cada uno el dotarse de las habilidades y los conocimientos necesarios para llevar acabo nuestro de plan de metas.
Por ejemplo, si no sabes que hay una metodología testada por miles de personas que permite sacar el máximo partido a tus acciones diarias, no harás nada por investigar, aprender y aplicar dicha metodología.
Seguirás viviendo los mismos problemas y las mismas situaciones. Sin mejorar aspectos básicos que realmente hacen que la productividad personal incremente de forma exponencial.
Recuerda:
La gestión que la gente hace de su tiempo es directamente proporcional al grado de éxito que consiguen en la vida.
Otro ejemplo, si no sabes que puedes mejorar tus ventas de forma exponencial con el método apropiado, seguirás con el mismo nivel de ventas y cuando tengas descensos lo achacarás directamente a factores externos. Y si tienes ascensos, creerás que es por lo bueno/a que eres. Pero tanto los descensos como los ascensos se sucederán irregularmente haciendo que vivas en una montaña rusa emocional.
Si sientes un vacío, aunque dispongas del tiempo y los recursos que otros no disponen, es porque la falta de visión sobre la vida en general y sobre uno mismo en particular está limitada por la forma de pensar que se ha adoptado.
Cambia tu enfoque, actúa de forma distinta y mejora tu ángulo de visión. Y el vacío será sustituido por plenitud y satisfacción personal.
Como puedes ver, el no saber no te quita responsabilidad para aprender lo necesario.
Todo depende de si quieres seguir como hasta ahora, con pequeños cambios y baches en el camino; o forjar tu propio camino.
Si tienes dudas en cualquier de los aspectos detallados, pregúntame. Y te ayudaré a dar ese golpe de timón para conseguir tus propósitos.