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La motivación interior y motivación exterior tienen principios activos muy distintos. Esto quiere decir que no son fruto de la misma situación o contexto. Y, por consiguiente, lo que sirve para aumentar tu motivación desde el exterior… simplemente, no sirve para la interior; siendo ésta última la que realmente te interesa, porque es la precursora de la Automotivación.

Cuando hablamos de motivación, la ley causa efecto puede ayudarte a entender el porqué de tu estado de ánimo en distintos momentos.

Habitualmente, cuando estamos pletóricos, súper animados y motivados no nos preguntamos el motivo de toda esta energía vital que hace que avancemos por la vida de forma bien distinta al resto.

Y en cambio, cuando tu actitud y motivación están por los suelos, no haces más que darle vueltas y vueltas a la cabeza buscando los posibles motivos que han causado este bajón.

 

Antes de seguir con el artículo, y para una mejor compresión de la siguiente información, te recomiendo leer este post donde explico qué es la motivación y los dos factores que intervienen en ella: el deseo y la creencia.

Motivación Exterior

Recordemos que la motivación aparece en las personas en cuanto hay un motivo para realizar, emprender o tomar una acción concreta.

En el caso de la motivación exterior, el motivo que se nos genera está ligado a factores externos positivos como pueden ser incentivos, premios o regalos.

Pero no sólo a través de factores externos positivos se genera la motivación exterior. También se produce si los factores externos son negativos, ya sea por miedo a perder un incentivo o por miedo a un castigo.

Lo más curioso de la motivación exterior es que es temporal. Ya que por mucho que nos motiven esos factores externos en un primer momento, a lo largo del tiempo pierden esa fuerza y nos volvemos inmunes a ellos. Tanto sea positivo como un premio, o negativo como un castigo, tendemos a relativizarlo. Y, en este punto, el “motivo” que nos impulsaba pierde fuerza y se diluye en el tiempo.

Dicho de otra forma, la motivación exterior es temporal e ineficaz a medio/largo plazo.

Motivación Interior

En el otro lado de la moneda tenemos la motivación interior. Esa motivación que se genera por unos motivos que no tienen nada que ver con factores externos a nuestra persona.

Los “motivos” que generan la motivación interior nacen únicamente en nuestro interior. Son fruto de nuestros pensamientos y dependen de uno mismo, porque sus raíces se forjan a través de la Actitud.

La gran ventaja de la motivación interior es que se vuelve permanente en el tiempo. Y, por lo tanto, es de una eficacia TOTAL, tanto a corto como medio y largo plazo.

La motivación interior, alimentada y desarrollada, da como consecuencia la AUTOMOTIVACIÓN; que tiene como característica básica su inquebrantabilidad y su durabilidad en el tiempo. Generando energía suficiente para disfrutar, acometer y conseguir todo lo que te propongas.

motivación interior y motivación exterior automotivación

¿Cómo generar Automotivación?

La Automotivación es el resultado de la motivación interior, una actitud mental positiva y estar orientado hacia tus metas.

Para generar en ti mismo/a la automotivación hay que:

a) Convertirse en una persona orientada hacia metas.

Esto produce dividendos muy por encima de las recompensas obvias de alcanzar una meta específica.

Cuando dispones de un plan de metas para todas las áreas de tu vida, tu visión de la vida será muy distinta y varios puntos por encima de la media.

b) Desarrollar un Plan de Acción específico para cada una de tus metas, creando así una hoja de ruta global que te permita la fácil focalización en las tareas a realizar desde hoy mismo.

c) Gestionar el tiempo de forma eficaz para que puedas realizar las acciones de tu plan de acción y, por consiguiente, avanzar en tu plan de metas.

Ten en cuenta que la gestión que hacemos las personas de nuestro tiempo y el grado de éxito que conseguimos en la vida tiene una relación directa. Todos disponemos de 24 horas al día. Y está claro que no todo el mundo las gestiona de igual forma ¿verdad?

No basta con tener buenas ideas y muy claras las acciones a realizar; sino en ejecutar estas ideas y acciones cuando toca.

d) Hay que ser constante y forjar los hábitos necesarios para que todos estos buenos propósitos y decisiones que estás tomando no se queden en nada dentro de unos días o algunas semanas.

La única forma para conseguir esto es desarrollando los hábitos adecuados y que entiendas la importancia de ellos.

“Somos lo que hacemos repetidamente.

La Excelencia, entonces, no es un acto sino un hábito”

 Aristóteles 384 A.C – 322 A.C

e) Finalmente, tus pensamientos van a ser tu fiel amigo en todo este camino o tu enemigo número uno. El problema es que siempre van a estar ahí.

Tus condicionamientos mentales o pensamientos limitantes también van a estar ahí continuamente, y aprovecharán tu menor descuido para dinamitar tu optimismo, tu positivismo y, por consiguiente, tus metas y tu automotivación.

Enfocarte y ejecutar de forma sistemática tu Plan de Acción Organizado, con tus metas, sus tareas determinantes y seguir tus hábitos de gestión del tiempo te facilitarán de forma enorme que tus pensamientos sean tus amigos. En lugar de que se conviertan en tus enemigos.

motivación interior y motivación exterior automotivación

Realmente, todo el mundo quiere mejorar su vida en general, ya sea a través de ganar más dinero, de disponer de más tiempo para lo que le interesa de verdad, o de sentirse motivado, ilusionado y feliz.

Y el resultado de todos estos parámetros se basa en conceptos muy básicos, claros y concretos que voy describiendo, de formas distintas, en una buena parte de mis posts.

Lo más curioso de todo es que a la gente, en general, les cuesta ver que la mayoría de veces los grandes problemas de la vida se basan en soluciones sencillas. Pero nos gusta pensar que las soluciones deben ser complejas, metafísicas e incluso mágicas, siendo la realidad mucho más sencilla.

Sigue mis consejos y no te compliques la vida.

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